De cochinadas, chingaderas y acoso sexual.

«…Que me arrimen su asqueroso bulto pélvico, ya sea que esté parada o sentada, ¡Son igual de cochinos! o que me agarren las nalgas como si tuvieran mi consentimiento, y qué decir de las vulgaridades como; ¡Mamacita! ¡Qué rica estás! … Continúa leyendo De cochinadas, chingaderas y acoso sexual.